La microbiota intestinal alberga billones de microorganismos, que tienen un papel fundamental en la digestión, el metabolismo y la regulación del sistema inmunológico.

Hasta hace algunas décadas hablar de la flora intestinal no era muy común,pero hoy en día gracias a los estudios científicos sabemos que la microbiota intestinal es fundamental para nuestra salud.

A principios del siglo XX, el microbiólogo ruso Elie Metchnikoff, premio Nobel de Medicina en 1908, sugirió que la longevidad de los campesinos búlgaros estaba relacionada con el consumo de productos lácteos fermentados, ricos en bacterias beneficiosas.

Su investigación demostró que los probióticos pueden contribuir al equilibrio de la microbiota intestinal y mejorar diversas funciones fisiológicas.

A partir de entonces los probióticos tomaron el reconocimiento de la comunidad científica, debido a su capacidad para fortalecer el sistema inmune, mejorar la digestión y prevenir enfermedades.

¿Qué son los probióticos?

Son microorganismos vivos que benefician la salud, cuando se administran en cantidades adecuadas, brindan un beneficio para la salud del huésped.

Los puedes consumir a través de kéfir, yogur y chucrut

Pero también benefician a tu intestino los prebióticos, que son fibras no digeribles que sirven de alimento para las bacterias beneficiosas del intestino.

Mientras que los simbióticos combinan ambos elementos, proporcionando tanto microorganismos vivos como los nutrientes que estos necesitan para prolíferar en el intestino.

Pero no todas las bacterias son consideradas probióticas, ya que para serlo deben de:

  • Sobrevivir al tránsito gastrointestinal, resistiendo la acidez del estómago y la acción de los jugos biliares.
  • Adherirse a la mucosa intestinal y colonizar el tracto digestivo.
  • Ser segura para el consumo humano, sin causar enfermedades.
  • Producir efectos beneficiosos, como mejorar la digestión, estimular el sistema inmune o inhibir el crecimiento de bacterias patógenas.

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De acuerdo con los expertos en salud, los probióticos pueden clasificarse en distintos grupos según su género, especie y cepa.

Las más estudiadas pertenecen a los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, que se encuentran en productos fermentados como el yogur, el kéfir y el chucrut. Otras bacterias con efectos probióticos incluyen Saccharomyces boulardii (una levadura utilizada en el tratamiento de la diarrea) y algunas especies de Streptococcus y Escherichia coli con propiedades benéficas.

Las principales funciones de los probióticos en el cuerpo humano son:

  • Refuerzan el sistema inmunológico: Estimulan la producción de anticuerpos y células inmunitarias, como los linfocitos y macrófagos, que ayudan a combatir infecciones.
  • Regulan la microbiota intestinal: Equilibran la comunidad de microorganismos que coexisten en el intestino, restaurando de esta manera la flora intestinal, desplazando a los microorganismos nocivos y produciendo sustancias antimicrobianas que impiden su crecimiento.
  • Mejoran de la digestión y absorción de nutrientes: Facilitan la descomposición de ciertos alimentos y favorecen la absorción de vitaminas y minerales esenciales, como la vitamina B12, el calcio y el hierro.
  • Previenen y sirven como tratamiento de trastornos gastrointestinales: Reducen la diarrea causada por el uso de antibióticos. Aminoran los síntomas del Síndrome del intestino irritable. Aminora la Enfermedad inflamatoria intestinal
  • Brindan protección contra microorganismos patógenos: Pueden competir y combatir a bacterias dañinas como la Salmonella, Clostridium difficile y Helicobacter pylori, impidiendo su adhesión a la mucosa intestinal y reduciendo el riesgo de infecciones.