- El tequila enfrenta un reto de sobreproducción, el mezcal consolida su crecimiento y otras bebidas regionales buscan su lugar en el mercado.
Septiembre, conocido como el mes patrio, marca el inicio de la temporada alta para bares y restaurantes en México. Este año, el panorama para las bebidas nacionales muestra tendencias contradictorias y oportunidades emergentes. Mientras el tequila enfrenta un reto de sobreproducción, el mezcal consolida su crecimiento y otras bebidas regionales buscan su lugar en el mercado.
Las cifras de 2024, según el Consejo Regulador del Tequila (CRT), revelan una producción de 495.8 millones de litros y una exportación de 400.3 millones. Sin embargo, este éxito histórico esconde un fenómeno conocido como el "tequila lake", una acumulación de más de 500 millones de litros en inventario. Esta situación ha presionado a las casas tequileras a lanzar promociones agresivas para mover su producto, lo que se traduce en coctelería más accesible y mezclas sencillas en los menús de bares y restaurantes.
El mezcal consolida su reinado y las bebidas regionales emergen
A diferencia del tequila, el mezcal vive un momento de consolidación. En 2024, la producción alcanzó los 11.36 millones de litros, con 8.2 millones de litros exportados, principalmente a Estados Unidos. La categoría artesanal es la gran protagonista, con una demanda creciente que se refleja en la popularidad de las "mezcalitas" y cocteles de autor.
Este auge también ha abierto la puerta a otros destilados regionales, que buscan su espacio en la coctelería mexicana:
- Sotol: Con denominación de origen en Chihuahua, Coahuila y Durango, este destilado se perfila como una alternativa al gin por su perfil herbáceo.
- Raicilla: Proveniente de Jalisco, enfrenta retos de costo, pero sus productores planean aumentar las exportaciones a corto plazo.
- Bacanora: De Sonora, avanza en certificaciones y trazabilidad, colocándose como una opción para diferenciar la oferta en bares y restaurantes.
Impulso a las aguas frescas frente al IEPS
En el segmento de bebidas no alcohólicas, la dinámica económica también está cambiando. A pesar de que México mantiene un consumo per cápita de 166 litros anuales de refrescos, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de 1.645 pesos por litro ha encarecido este producto. Este incremento abre una ventana de oportunidad para que las aguas frescas resurjan como una alternativa competitiva y saludable en las cartas de los establecimientos.
La Secretaría de Turismo estimó que las Fiestas Patrias de 2024 generaron una derrama económica de más de 30,000 millones de pesos. Para 2025, las cámaras locales proyectan un crecimiento de entre 40 y 70% en las ventas de restaurantes durante esta temporada, impulsadas principalmente por el consumo de bebidas alcohólicas y refrescos. Este mes de celebración se presenta como una oportunidad única para el sector, a pesar de los desafíos y las nuevas tendencias.