- Pese a los cuidados intensivos del equipo especializado, el ejemplar murió tras un deterioro repentino de su salud.
El Santuario de Elefantes Brasil, situado en Chapada dos Guimarães (Mato Grosso), ha comunicado con profundo pesar el fallecimiento de Pupy, la elefanta que había llegado en abril pasado desde el Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires.
Pese a los cuidados intensivos del equipo especializado, el ejemplar murió tras un deterioro repentino de su salud, un suceso que subraya los desafíos de la rehabilitación en casos de animales con un historial de cautiverio complejo.
Desplome repentino: Un agravamiento inesperado en la noche
Según el comunicado oficial del santuario, Pupy experimentó un repentino episodio de debilidad que culminó en su fallecimiento en la noche. La elefanta había presentado molestias gastrointestinales intermitentes en días previos, un historial que incluía episodios de cólicos. Aunque se había reportado una mejoría en su alimentación y se le había administrado medicación, su estado se agravó drásticamente el último día.
Un hecho inusual se registró en la tarde anterior a su muerte: Pupy expulsó aproximadamente 1.5 kilogramos de piedras oscuras durante la defecación. A partir de ese momento, su conducta cambió, mostrando signos de debilidad y manteniéndose distante del personal. A pesar de la rápida asistencia de la veterinaria Trish y el equipo de cuidadores, Pupy se desplomó al acercarle agua y murió pocos segundos después. El Santuario ha iniciado tareas de autopsia, aunque advierte que las secuelas de una vida en cautividad a menudo dificultan la determinación precisa de la causa de muerte.
El peso del pasado: Secuelas irreversibles del cautiverio
El equipo del santuario no deja de lado el historial de Pupy. Scott, el responsable de su traslado y el de su compañera Kuky desde Buenos Aires, relató su sorpresa al verlas por primera vez, ya que su aspecto físico las hacía aparentar el doble de su edad real (veintitantos años).
El relato oficial subraya que los cuerpos agotados de ambos ejemplares evidenciaban secuelas irreversibles de su pasado en condiciones de privación. Durante la evaluación inicial para el traslado, Scott ya había advertido temblores en el tronco y el ojo de Pupy, considerados en ese momento como indicadores de problemas de salud de origen indeterminado. Este trágico desenlace pone de relieve la dificultad de revertir el daño físico y emocional acumulado durante años en condiciones de cautiverio.
El gesto de Kenya: Vínculos profundos y la esperanza de la adaptación
El proceso de duelo mostró la profundidad de los lazos entre Pupy y Kenya, otra elefanta residente y compañera cercana. Kenya reaccionó con inquietud durante el procedimiento de auxilio y, tras el fallecimiento, su gesto fue conmovedor. Inicialmente, se mantuvo a unos 20 metros, observando. Sin embargo, poco después, se acercó y se recostó junto al cuerpo de su compañera durante toda la noche, un acto interpretado por el equipo como una muestra de profundo afecto y conexión.
Días antes, una imagen captada por las cámaras de seguridad mostraba un momento de interacción clave: Pupy aceptando la compañía y protección de Kenya, dejando a un lado sus reservas habituales. El santuario interpretó esto como un "gesto de vulnerabilidad y profunda confianza" donde Pupy "finalmente conoció algo que nunca había experimentado: la prioridad y protección de otro elefante".
El Santuario de Elefantes Brasil ha anunciado que pronto compartirá información sobre la adaptación de Kenya, quien la mañana siguiente emitió un largo ronquido al ver a los cuidadores y fue tranquilizándose gradualmente con el apoyo del personal. El trabajo continúa para asegurar que los elefantes rescatados encuentren el equilibrio en este nuevo entorno de protección.