•  La Selva Maya es un ecosistema fundamental, hogar de miles de especies y un pulmón para el planeta.

En una audaz protesta que captó la atención de la capital, activistas de Greenpeace desplegaron una gigantesca manta en la icónica Estela de Luz de la Ciudad de México. La acción, que implicó el ascenso de nueve activistas a 70 metros de altura, tenía un solo propósito: exigir a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) medidas inmediatas para frenar la destrucción de la Selva Maya.

El mensaje, de 27 metros de largo, clamaba por la protección de esta vital bio-región, considerada un tesoro natural para México y el mundo. “Lo que sucede en la Selva no se queda en la Selva”, fue la consigna de la protesta, subrayando el impacto global de la deforestación y la pérdida de biodiversidad.

Una protesta visible para un problema invisible

La acción directa y no violenta de Greenpeace en un punto tan visible como la Estela de Luz fue diseñada para sacar a la luz un problema que, a menudo, parece lejano. La Selva Maya es un ecosistema fundamental, hogar de miles de especies y un pulmón para el planeta, pero sufre una devastación acelerada.

El despliegue de la manta, que comenzó a las seis de la mañana, no solo buscó visibilizar la problemática, sino también hacer un llamado directo a la autoridad responsable, la Semarnat, para que cumpla con su deber de proteger y conservar este patrimonio natural. Mientras la protesta se llevaba a cabo, elementos de seguridad arribaron al lugar, que fue resguardado por los propios activistas para evitar cualquier riesgo para los transeúntes.

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La Estela de Luz se convierte en un símbolo de la lucha ambiental

La elección del lugar no fue aleatoria. Al usar la Estela de Luz como lienzo para su mensaje, Greenpeace logró un impacto visual masivo, convirtiendo un monumento público en una plataforma de protesta. Este acto resalta la urgencia con la que la organización ambientalista ve la situación de la Selva Maya.

Con su acción, Greenpeace busca no solo presionar a las autoridades, sino también concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la Selva Maya y la necesidad de tomar medidas antes de que sea demasiado tarde. La protesta se suma a una creciente ola de acciones globales que buscan generar un cambio real y tangible en la política ambiental.