• Por unanimidad se aprobó la Ley de Cultura Cívica.
  • La reforma busca mitigar problemas como congestión vial y denuncias por extorsión.

El Congreso de la Ciudad de México ha aprobado por unanimidad una reforma a la Ley de Cultura Cívica que busca frenar los abusos de los “viene-viene” o franeleros. La nueva normativa establece sanciones más duras, incluyendo arrestos de 24 a 36 horas, para quienes aparten lugares en la vía pública y cobren por su uso.

La iniciativa, enviada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, tiene como objetivo principal recuperar las calles para el uso de la ciudadanía. La reforma fue avalada durante el segundo periodo extraordinario de sesiones y se espera que ponga fin a la apropiación ilegal del espacio público, un problema que ha generado extorsión, intimidación y problemas viales.

Detalles clave de la nueva reforma y sus implicaciones

La reforma a la Ley de Cultura Cívica fue diseñada para ser una herramienta efectiva contra las prácticas abusivas, sin criminalizar a las personas que buscan empleo de manera honesta. El dictamen contempla ofrecer alternativas de trabajo y capacitación.

  • Sanciones inconmutables:

Los arrestos de 24 a 36 horas no podrán ser sustituidos por multas, especialmente si los infractores son sorprendidos cobrando ilegalmente o afectando a terceros.

La ley ahora tipifica de manera específica las acciones que serán sancionadas, como apartar lugares, cobrar por estacionar o cuidar vehículos, lavar autos en la vía pública y aprovecharse del espacio público para beneficio personal.

  • Recuperación del Espacio Público:

Según el diputado Pedro Haces Lago, la reforma refuerza el principio de que "la vía pública no se negocia, no se privatiza y seguirá siendo de todas y todos los capitalinos".

El Gobierno capitalino ofrecerá programas de empleo y capacitación para aquellos que dependen económicamente de esta actividad, ofreciendo una salida laboral digna.

La reforma busca mitigar problemas como la congestión vial, la contaminación y las denuncias por extorsión y daños a la propiedad, que han sido generadas por estas prácticas.