Un negocio tiene como objetivo generar valor. Su mantenimiento y permanencia implica costos, relaciones con proveedores, socios y aliados comerciales. Toda empresa formal es sostenida por procesos –se tenga consciencia de ellos o no–, cada uno de estos se sostiene de diversos procedimientos, instructivos y manuales de operación.
Para su adecuado funcionamiento, cada organización implementa gestiones de calidad, sostenibilidad, responsabilidad social, mejora continua, gobernanza interna y factibilidad. En este orden de ideas, independientemente de la metodología o teoría económica que cada negocio establezca para su desarrollo, en términos generales, existen tres tipos de procesos: Estratégicos o de Administración; Sustantivos o Principales; y de Soporte.
Los Procesos Estratégicos (Management) tienen que ver con la posición de la empresa en el mercado regional o global, sus oportunidades de crecimiento y apertura de otros mercados o servicios; asimismo, se relacionan con la planeación estratégica, los presupuestos y el cumplimiento normativo. Los Estratégicos fundamentan al negocio para ser competente en entornos de Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad (VICA).
Los Procesos Sustantivos o Principales (Main) son los que llevan la operación, el desarrollo y la creación de valor al cliente o usuario. Están relacionados con la configuración de la empresa para la generación de ganancias y se enfocan en la gestión del conocimiento, las patentes y la innovaciones; así como los métodos de producción, prestación de servicios y logística, Es decir, definen las actividades primordiales de la Organización.
Los procesos de Soporte ocupan entre el 60 y 70% de las actividades del negocio; es el trabajo rudo, la contabilidad, servicios de tecnología, información y comunicaciones (TIC), reclutamiento, mantenimiento, seguridad, protección civil, entre otros. Su principal rol es el de Soportar y apoyar mediante servicios como administración, infraestructura y seguridad a los procesos sustantivos y estratégicos, que ocupan sólo el 10 y 20% de las actividades de la empresa.
A diferencia de los Procesos Sustantivos, los de Soporte no agregan valor (por lo menos no en los productos terminados o en el servicio que disfruta en su inmediatez el cliente o usuario), sin embargo son necesarios e imprescindibles, sin estos, ante una contingencia o falla sistémica, la viabilidad del negocio se puede ver amenazada, incluso de manera definitiva. Pero si vamos más allá del ámbito empresarial, superando su función meramente económica, existe una función irrenunciable y ésta tiene que ver con la sostenibilidad de la sociedad.
Por lo anterior la seguridad y la protección civil al interior de las empresas, concebidos ambos como Procesos de Soporte, además de cumplir con la continuidad del negocio, representan actualmente un elemento innovador no sólo para la generación de valor económico, sino como elementos significativos para construir resiliencia ante emergencias y desastres y garantías de conservación patrimonial.
La seguridad y la protección civil no son un trámite o agregado burocrático; hoy son elementos que garantizan la salvaguarda de la población, sus bienes y el entorno frente a la cada vez más incierta interacción humana; además aportan a cualquier organización la capacidad de crear valor para el usuario, un valor público, intangible, pero confiable. Recuerde que el espacio más seguro es el que construimos juntos. ¡Feliz fin de semana!
Hugo Antonio Espinosa
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre