- Una joven introduce a su amiga al vehículo, quien se desploma en el asiento trasero.
- La negatividad del conductor fue elogiada en redes sociales.
Un video que circula en redes sociales desató una ola de indignación y debate sobre la verdadera solidaridad entre amigas. El clip, compartido por el influencer Christopher "Didi Mérida", muestra a una joven intentando dejar a su amiga, en aparente estado de ebriedad, sola en un taxi de aplicación. La situación ha puesto en el centro de la conversación la responsabilidad personal y la seguridad en la vida nocturna.
En el video, una joven introduce a su amiga al vehículo, quien se desploma en el asiento trasero. Al conductor le surgen dudas: “Pero es que no me la puedo llevar así”. A pesar de que la acompañante insiste en que el viaje ya está pagado y que pueden monitorearlo, el chofer se mantiene firme en su decisión, negándose a iniciar el recorrido sin un acompañante.
La responsabilidad de un chofer y la "sororidad" en entredicho
La tajante negativa del conductor fue elogiada por cientos de usuarios en redes sociales. El debate se encendió, con comentarios que cuestionaban la acción de la joven y recordaban la importancia de cuidarse mutuamente.
Frases como “¿Dónde está el ‘me cuidan mis amigas’?” se repitieron, criticando duramente a la joven que pretendía dejar a su amiga en un estado vulnerable y al cuidado de un desconocido.
El video se convirtió en un llamado de atención sobre la seguridad. Si bien, la responsabilidad del conductor de la aplicación es crucial, la mayoría de los usuarios coincidieron en que la primera línea de protección debe venir de las personas de confianza.
Un final inconcluso y una lección clara
La grabación concluye abruptamente cuando un hombre se acerca al vehículo para interrogar al chofer, dejando a los espectadores con la duda de qué sucedió después. Sin embargo, lo que sí quedó claro es la indignación colectiva ante la falta de responsabilidad mostrada.
Múltiples usuarios señalaron que "este tipo de acciones ponen en riesgo la seguridad de las personas y contradicen el discurso de apoyo y protección que promueven muchos colectivos femeninos".
El caso sirvió como un ejemplo de cómo la vigilancia ciudadana en redes sociales puede evidenciar prácticas peligrosas y generar una conversación necesaria sobre la importancia de la solidaridad y el autocuidado.